Si tuviéramos la facultad de
escoger las cosas que queremos para nuestra vida, ella estaría llena de falsa felicidad;
pero la vida no es como la queremos si no como nos toque vivirla. Existen cosas
en ella que llegan rápido, velozmente sin que nos demos cuenta, sin esperarlas;
pero hay otras que se tardan en llegar, se demoran, pero están hay guardadas a
la espera de su florecer, presionarlas no se debe, porque de ello depende su
buen crecimiento y su madurez.
Vamos por el camino, solo
caminamos en el día a día, el final del mismo es incierto. El sortilegio de la
vida nos da las pautas para seguir en ella, nos demuestra cual es nuestro
propósito y cual es nuestra misión. La vida es dolorosa, enigmática, asombrosa
y esplendida, cautivante y soportable.
Pero la verdad, tengo miedo,
y a él me enfrento cada día, a cada instante, a cada minuto y a cada segundo
que está en mi vida. Pero soy aun mas fuerte al enfrentarme al miedo del AMOR,
siento el holocausto circundante en mi mente, por el temor de caer hacia un
abismo que acortaría mi vida y llenaría mi alma de yagas, sangrantes, que la llevarían
por el camino del fuego abrazador de la muerte.
Palabras que brotan de mi
corazón para expresar lo que siento, a lo que temo al enfrentarme de nuevo a
los sentimientos, y entro en duda nuevamente, caigo en decadencia, pero vencer
es la prioridad, pero voy lento, sin prisa porque no quiero llegar cansada al
final, no quiero sentir de nuevo la soledad que deja no poder querer no poder
despertar y pensar en ese alguien.
ISIS MARCELA
07/08/2012