DESPEDIDA
Las despedidas son como el viento de una noche de luna, frías, llenas de soledad y silencio, donde el único sonido que se escucha es el latido de un corazón triste y lagrimeante. Llenas de recuerdos nostálgicos que embargan el alma hasta hincharse el pecho, y con gran cantidad de preguntas ¿Cuándo volverás? ¿Te volveré a ver algún día?, preguntas que tal vez sus respuestas se deslicen por las noches donde el sueño le gana a la conciencia, arrojándonos en el paraíso de los sueños, de donde no quisiéramos despertar; porque al ver el primer rayo de luz nos es difícil aceptar la despedida de alguien que es importante en tu vida.
Lo más complicado y un defecto de los seres vivos es acostumbrarnos a alguien o a algo, pero que en definitiva si lo extrañas también te extrañaran porque no nacimos para siempre. Y en definitiva no podemos cambiar esta vida llena de complicaciones, sueños y deseos, porque la vida no es como nosotros queramos, es como nos toque vivirla, al fin y al cabo ella nos da lo necesario para sucumbir del valle de las penumbras, y llegar al valle de las ilusiones y metas cumplidas, aunque nos toque hacerlo sin esos seres que se convirtieron en parte esencial de nuestras vidas. Entonces el significado de una despedida es recordar los buenos momentos, desear un hasta pronto y acariciar un encuentro futuro, para que no nos coja en el claustro sorprendente de esta vida inesperada.
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