Regálame el universo de tus sueños, para construir en él una vida llena de felicidad; regálame tus ilusiones porque ellas serán las mías, quiero vivir el ensueño de tu mágico mundo, para nunca despertar y tener que experimentar la realidad. En mi corazón llevo el universo de tu amor, pero no podría existir si tú no estuvieras en él.
Llévame a través de los caminos de las estrellas, porque ellas iluminaran la verdad y no dejaran que caiga en la soledad. Recorreré el más hondo agujero negro si tú eres mi guía; soportare la mayor presión que ejerzan todos los planetas ante nuestro paso, porque somos fuertes y nos hemos convertido en una fuerza mayor que la de ellos.
Arrebátame el alma cuando el cielo se torne de las más hermosas estrellas; ilumina mi vida cada momento y cada instante como lo hace la lluvia de estrellas, que destellan su más hermoso brillo en el cielo. Ciégame con la luz destellante del sol a cada soplo de viento espacial y cúbreme con el color matiz de la luna cuando veas que llegan momentos difíciles.
Arrástrame a la inmensidad de la bóveda oscura, si es contigo no tendré miedo de tropezar con las rocas; yo en cambio te daré la aurora boreal de mi corazón, para que cuando no estemos juntos sientas mi presencia y recuerdes que la distancia por más grande que sea nunca será impedimento para encontrarnos en la inmensidad del universo.
Somos como un planeta y su satélite, ejercemos fuerzas que nos benefician mutuamente; si algún día ya no existiera tal, haríamos de nosotros mismos una tormenta de asteroides descontrolados. Es más fácil explicar los fenómenos astrales de los planetas que explicar y tratar de entender el magnetismo que existe entre nuestras almas.
ISIS
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